martes, 19 de junio de 2012

Arte dominicano en las calles neoyorquinas

Lo mejor del dominicano sale a flote en el Arte que tiene por escenario la propia urbe de Nueva York
 
Fuente: Diario Libre
 

En Nueva York, lo mejor del dominicano sale a flote dentro de las diversas formas de expresión del arte, cuyo escenario son las propias calles de la competitiva urbe... 

Dister y Alta Berri son un par de jóvenes artistas que pusieron de manifiesto sus raíces quisqueyanas en la edición más reciente del Hennessy Artistry, un prestigioso evento que reunió  a una ecléctica selección de creadores visuales y de exponentes de la música urbana. 
  
En el Hennessy Artistry no solo se le presenta al público un selecto y veterano grupo de artistas, sino que se catapulta al talento emergente a través de una singular plataforma. En ese sentido, una de las grandes particularidades del último Hennessy Artistry es que incluyó un nuevo componente denominado “Artistry Gives”. Este novel elemento consiste en una colaboración que se produce entre la afamada marca y la institución American for the Arts (AFTA), con el propósito de respaldar la educación en el campo de las artes.
La iniciativa apoya tanto a artistas emergentes de la ciudad, como a organizaciones ligadas a la materia. Durante el cierre de esta muestra itinerante fue elegida, para brillar con todo su esplendor, una selección de las obras de Alta Berri y de Dister, miembros de la Alianza de las Artes del Norte de Manhattan (Northern Manhattan Arts Alliance, Nomaa, por sus siglas en inglés), quienes vieron con orgullo la presentación de sus trabajos.
  
En el renglón de la música también se le abrió espacio a la dominicana Kat de Luna, junto a artistas de la talla de Mary J. Blige, Erykah Badu y Bobbi Brown.
Dister, un joven talento que “ama a su comunidad”
Las calles de Washington Heights -la comunidad dominicana por excelencia en Nueva York, ubicada en la parte alta de Manhattan- exhiben múltiples obras de Dister Rondón. Se trata de murales pletóricos de colorido y de cotidianidad, que generalmente llevan la etiqueta “I love my Hood” (“Amo mi comunidad”, en su traducción al español) y que sacan a la luz los aspectos característicos de su herencia dominicana.
Pero Dister no sólo limita su talento al graffiti y a los murales, éste es un artista en constante búsqueda de nuevos vehículos que le permitan proyectar su arte, razón por la que su agenda de trabajo también incluye proyectos de baile y coreografías, entre otras formas de expresión.
  
Dister anunció recientemente su firme intención de crear una página web -que, precisamente, se denominará “I love my Hood” (www.ilovemyhood.com)-, la cual le permitirá mostrar aún más su labor artística.
“Me siento muy afortunado de hacer lo que quiero”. Igualmente, expresa su gran deseo de exhibir sus trabajos en República Dominicana. “Me gustaría tener la oportunidad de mostrar a mi gente lo que sé y lo que he aprendido. Ojalá y se pueda dar el momento para hacerlo”, indica.
El baile y el arte graffiti son dos aspectos indivisibles en la vida de este joven talento. “La música y la pintura son dos expresiones que amo y que me complementan, no rivalizan. Las formas de hacer volar la imaginación son infinitas”, concluye. 
Alta Berri, una artista inspirada por la diáspora
Altagracia Berrios es su nombre completo. Nació en Estados Unidos y es hija de madre dominicana y de padre puertorriqueño. Sus obras reflejan su amor por el Caribe y, sobre todo, por la experiencia del emigrante dominicano.
“Es como si uno tuviera una doble existencia: vive aquí (en Nueva York), pero tiene su mente allá (en República Dominicana). Esta dualidad es algo que me sirve de inspiración”, comenta. Y como una muestra de esta afirmación se puede observar una serie de pinturas que incluye en su Hoja de Vida y que están cimentadas sobre la frase “Oye esa vaina”. “Yo pinto el espacio donde ambos mundos interactúan, dos mundos entre los que crecí”, explica sobre la referida muestra.
La obra de esta artista está marcada por la diversidad. Alta Berri trabaja con ilustraciones, dibujos, animación y pintura. Ella recuerda que su pasión por la pintura comenzó a los siete años, cuando recibió un set de pinturas de regalo. “Desde ese momento siempre he pintado, no hubo otro pasatiempo o algo que me enamorase más. Por fortuna, mi mamá siempre me animó a seguir mi inclinación por las artes”, corrobora.
Elegir la vía de expresión al momento de crear no es una traba para esta artista, partiendo de todas las formas visuales con las que trabaja. Alta Berri revela que el concepto es lo que determina el medio que utilizará para expresarse. “El concepto es lo que me guía, es algo que se impone sobre mi propia elección o percepción sobre un tema”.
Al hablar de los aspectos vitales para abrirse espacio en Nueva York, asegura que el ser auténtico y mantener en alto la identidad es fundamental. “En una ciudad como esta, donde existen millones de artistas, lo primero es definir quién eres (soy latina y dominicana) y a quién representas en términos culturales (represento a la segunda generación de dominicanos en Estados Unidos). Las respuestas te ayudarán a abrirte camino; después hay que ser el mejor en lo que hagas y donde te sitúes”, enfatiza.



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