Por Kelvin Castillo
Muchos cristianos no entendemos el valioso significado de la generosa palabra de Dios cuando nos dice Refúgiate en Mì. Y me pregunto ¿por qué?
Recuerdo aquellos días de la infancia. Mientras todo marchaba bien; No me preocupaba más que por divertirme con mis amiguitos y comer todo el dulce que me era posible. Era tan bella la vida que todo era sabor a azúcar y color de muñequito.
Cuando tenía problemas solo pensaba en un una persona; mi madre.
Ella representaba para mí aquel refugio que tanto anhelamos de grandes.
Un día, entre a una finca cerca de mi casa. La misión era subir a una mata de mango y comer todo el mango que había en el. Desde luego que no lo comì todo. Pero lo que si hice fue comer muchos. Cuando baje del árbol. Una voz cansada y exaltada resonó en mis oídos. Era Don Luís, el dueño de la finca. Yo había entrado sin permiso. No hice caso del letrero que estaba en la entrada; decía “FUERA DE AQUÍ, NO INTRUSOS” Para Don Luis un niño de apenas 5 años entraba en esa categoría. Lo que más me exalto fue el ladrido de dos grandes perros que le acompañaban. Al voltear y ver aquello no tuve mas que correr despavorido y gritando de susto. Afortunadamente, me encontraba cerca de la salida y trepe por la puerta de la cerca. Ya fuera de la finca, en lo unico que pense fue en buscar el refugio de mi madre que de seguro al llegar corriendo como si le huyera a un monstruo me tomaria entre sus brazos y como una muraya fortificada me protejeria y salvaria de cualquier ataque. Precisamente eso hizo mi mamà. corriendo, llegue frente a la casa y ella ya me espera con los brazos abiertos por los gritos que se oian en toda la vecindad. Me abrazo y entonces sentì que estaba protejido. Habia encontrado el refugio que necesitaba. No era necesario otro. Al estar refugiado en los brazos de mi madre no habia ya nada de que preucuparse. Entramos a la casa y tube que explicarle lo que sucedio. Secò mis lagrimas y aunque me regañò por lo que hice me senti mas que afortunado.
DIOS TE DICE
YO SOY TU REFUGIO Y TU FORTALEZA, TU RESCATE A TIEMPO EN LA TRIBULACIÓN.
POR TANTO, NO TEMAS AUNQUE LA TIERRA SUFRA CAMBIOS, Y AUNQUE LOS MONTES SE DESLICEN AL FONDO DE LOS MARES; AUNQUE RUJAN Y SE AGITEN SUS AGUAS, AUNQUE TIEMBLEN LOS MONTES CON GRAN ENOJO.
Es un hecho Dios habla.
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