Por alguna razón casi todas las personas se sienten atraídas por la fama. Hasta hace unas décadas sólo accedían a la condición de convertirse en celebridades aquellos que verdaderamente poseían un talento. Hoy en día cantantes, actores y deportistas se confunden entre decenas de "conocidos" que no cantan, no actúan, ni hacen deporte, pero salen en la televisión y llenan los tabloides y las revistas.
Es un hecho que los medios de comunicación, por lo general los sensacionalistas, han masificado la cantidad de personas que pertenecen al mundo de la farándula. Estos medios viven de la vida de los famosos esperando que suceda algo (si es malo mejor), para plagar los tabloides de fotografías y a veces informaciones inventadas.
Lo cierto es que los famosos por mérito y los que no, viven acosados por paparazzis y también por fanáticos. Y aunque es un hecho que estas estrellas viven de la publicidad que los medios les otorgan o de la aprobación del público, en más de una ocasión éstos mismos han sido los causantes de la muerte o de acosos considerables a los famosos.
Lamentablemente, la fama no sólo trae consigo el ser víctima incansable de fotógrafos, reporteros o fanáticos, sino que también lleva a otras tentaciones como el consumo abusivo de alcohol, drogas o a la dependencia de fármacos, adicciones que muchas veces han sido mortales.
Se sabe que un ídolo como Elvis Presley requería de drogas para dormir y para despertar y que Kurt Cobain, líder del mítico Nirvana, se suicidó agobiado por sus propios excesos. Otros casos que hoy llenan los tabloides y revistas son los de aquellos famosos que tienen problemas constantes con la ley. No obstante, en medio de esta dura lucha por mantenerse vigentes pero no en la mira constante de la prensa, muchas estrellas han logrado mantener una vida más o menos privada y han sabido llevar adelante su fama y su fortuna.
Vidas silenciadas.
Tomado De: LosTiempos.com
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