"De repente escuchamos un golpe seco, la cabina se empezó a llenar de humo y fue entonces cuando el piloto comenzó a virar el avión y nos dijo: 'prepárense para el impacto", recordaba tras ser rescatado Jeff Kolodjay, uno de los pasajeros.
Según los supervivientes, los motores dejaron de funcionar de repente pero el héroe de esta historia, el piloto Chesley B. Sullenburger, con 29 años de historial de vuelo a sus espaldas, consiguió controlar el avión y posarlo sobre el agua. "El piloto realizó un trabajo excelente amerizando sobre el río y asegurándose de que todo el mundo salía del avión. Él mismo lo recorrió dos veces antes de abandonarlo para asegurarse de que nadie quedaba atrás", explicó el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg. La actuación del piloto suscitó admiración. "Merece la medalla del Congreso al Honor", opinó el senador neoyorquino Chuck Schumer.
Los primeros informes de la Federal Aviation Administration indicaban que la causa del fallo de los motores había sido una bandada de pájaros chocando en el aire contra ellos. Era uno de los días más fríos del año, con temperaturas rondando los diez grados bajo cero. Tras caer a las gélidas aguas del río los pasajeros se situaron rápidamente sobre las alas del avión, mientras los equipos de rescate de la guardia costera y numerosos transbordadores se acercaban a rescatarlos. En apenas una hora, el avión se había hundido.
Fuente: El Pais.com
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